lunes, 27 de septiembre de 2010

un paseo por el mercado de San Antonio



    







   Sábado por la mañana. Despiértate. Dúchate. Desayuna, no mejor no, no tienes hambre. Vístete, agarra tu cámara sin comprobar si la batería está cargada, y sal corriendo de tu casa porque llegas tarde. Llegas tarde al mercado de San Antonio, y hoy tendrás un día duro, un día raro.
  Estás, pero no estás. A penas as dormido y haber salido tan rápido de casa te ha mareado. Siéntate un segundo y descansa. Aprovecha para observar, analízalo todo. La gente, los puestos, los productos, las líneas, la sencillez, el encuadre y los tercios.
  Al menos as tenido suerte en algo, la batería de tu cámara sigue viva. Seguramente tu ojo siga vago todavía, así como tu dedo a la hora de apretar el botón. Pero tranquilo, no todo iba a ser coser y cantar. Al fin y al cabo uno no aprende a andar en bici sin dejarse las rodillas y las palmas de las manos en el intento.
  La gente te impone, y tu cámara a ellos. La situación seguro que es incomoda al principio, pero te irás soltando, acabarás aislándote del resto, y serás capaz de conseguir alguna foto decente.

  Ahora recoge, revisa tus fotos y despídete de tus compañeros. Trabajo completado. No, seguramente no será tu mejor día, ni tus mejores fotos; pero levanta la cabeza porque esto va a mejorar y lo sabes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario